Continuamos con los dioramas y dejando las aves nos vamos al agua pues también están representados algunos de los seres que allí viven.
Podemos empezar por los manatíes. Tienen un tamaño respetable, entre 3 y 4 metros y su peso oscila entre los 200 y 300 kilos. Suele formar grandes manadas y esto le lleva a veces a la muerte pues cuando van a su caza ellos prefieren morir que abandonar a un compañero herido al que rodean profiriendo gemidos lastimeros. Su piel es gruesa de un color gris azulado y tiene una cola aplanada en forma de espátula. El único depredador temible que tienen es el hombre, para hacerse con su grasa y su piel. Esparcidos por todo su cuerpo tiene pequeños pelos o cerdas. Y como respiran aire, se ven obligados a subir a la superficie con regularidad.

Y seguimos con el león marino. Los machos adultos tienen una cabeza robusta de hocico romo con una melena que le cubre el cuello y parte del pecho, el resto del cuerpo lo tiene cubierto de un pelo mas corto, mientras que las hembras no tienen melena y son de menor tamaño. Se alimenta de peces y suelen ingerir piedras para ayudarse a triturarlos. Su principal amenaza, como no, es el ser humano que lo caza para hacerse con su grasa y su piel y para ello esperan a que estén en tierra firme pues allí son más vulnerables.

Veamos ahora a la morsa. Este mamífero destaca por esos grandes colmillos que pueden llegar a alcanzar un metro. Son animales de gran tamaño que llegan a medir 4 metros y a pesar unos 1.500 Kg. Su piel es gruesa y rugosa y sus extremidades son aletas que carecen de pelo. Debido a la caza abusiva llevada a cabo por el hombre blanco estuvieron en peligro de desaparecer y hoy en día sólo se les permite cazarlas a los esquimales ya que no suponen ningún peligro para la especie.

Y aquí tenemos a unos animales entrañables, los delfines. Existen varias especies de delfines. Su cuerpo es alargado con una aleta dorsal y dos laterales y su cola aplanada con la que batiéndola arriba y abajo se desplazan e incluso les sirve para mantenerse erguidos por un momento en la superficie. Alcanzan una gran velocidad al nadar. En la parte superior de su cabeza tienen un orificio que les sirve para respirar. Pueden comunicarse entre ellos por medio de unos silbidos que emiten tanto dentro como fuera del agua. Estos animales son juguetones, curiosos, inteligentes y sociables e inexplicablemente no temen a los humanos.

Y para despedirnos del agua lo haremos con esta simpática ranita que descansa plácidamente sobre una hoja de nenúfar y que nos da paso a otros animales interesantes.

Y pasamos a la sabana africana para encontrarnos con los búfalos. Estos animales tienen una cornamenta gruesa y muy desarrollada que se curva hacia arriba en los extremos. Su pelaje es marrón oscuro casi negro. Viven en manadas y cuando se desplazan los machos suelen ocupar los márgenes exteriores del grupo y las hembras y las crías ocupan el centro. Dado su mal carácter no hay muchos animales que se atrevan a enfrentársele pero así y todo y empezando por el hombre encuentran a algunos como el león y el cocodrilo.

En la sabana encontramos también al facocero. Este animal poco agraciado tiene una cabeza grande con verrugas, los ojos situados en lo alto de la cabeza y su largo hocico posee unos colmillos que utilizan para excavar y para defenderse. Se alimentan de pasto, raíces y tubérculos y sus peores enemigos son el león y el leopardo.

Y sin salir de África nos encontramos con el Lycaon pictus. Su nombre significa lobo pintado en referencia al color de su pelaje de manchas negras, blancas y marrones distribuidas irregularmente, menos en la parte delantera de la cara y la garganta que son negras. No tiene un patrón definido para la distribución de las mismas por lo que no hay dos ejemplares iguales. Son excelentes cazadores siendo su presa preferida el impala. Forma parte de la lista de especies amenazadas. ¿Adivináis quién es el causante?

Pasamos ahora a contemplar a los rinocerontes. Son unos animales herbívoros que necesitan una gran cantidad de alimento diario. Hay dos clases de rinocerontes, el blanco y el negro pero curiosamente no se diferencian por el color si no por su hocico debido a la diferente forma de comer. Mientras los blancos pacen la hierba los negros arrancan las hojas bajas de los árboles y de los arbustos. Es conocido su mal genio que los vuelve violentos y peligrosos.


Y nos despediremos de estos dioramas con unos animales que nos resultan muy familiares aunque no los tengamos cerca, los leopardos, los leones y los guepardos. A pesar de ser diferentes tienen unas cuantas características que los unen: son grandes cazadores de poderosas mandíbulas, son carnívoros, tienen muy desarrollados la vista y el oído y tienen un enemigo común, el hombre.



¡Gracias María por estas interesantísimas fotos!