domingo, 27 de noviembre de 2011

Subsistir

Muchos animales no lo tienen fácil para mantener la vida, cada vez su hábitat se ve mas reducido y mas dañado y el número de ejemplares se va reduciendo drásticamente como es el caso de los gorriones.


Los que quedan intentan sobrevivir comiendo lo que pueden perdiendo incluso el miedo a los humanos con tal de conseguir alimento.


A veces, cuando la comida que encuentran no es muy abundante se pelean por ella y alguno grita reclamando su parte.


Los gorriones son unas pequeñas aves que nunca llamarían la atención por el color de su plumaje en tonos marrones y con un color ceniciento en el vientre y ni siquiera por sus trinos ya que el alboroto que arman con sus gorjeos no se puede decir que sea melodioso, si llaman la atención es por lo inquietos que son, difícil es fotografiarlos porque no paran ni un momento.


Podríamos calificarlos como glotones, se abalanzan sobre la comida con ansia y con su pico fuerte y cónico algo doblado en la punta picotean con rapidez mirando inquietos a un lado y otro por si presentara algún peligro y a la menor sospecha salen volando aunque no vayan muy lejos si consideran que todavía queda algo que comer.



Como dije su color es en tonos marrones en cabeza, alas y cola mientras que en el vientre es ceniciento y los machos lucen una mancha negra en el cuello como si fuera un babero.


Su glotonería no les impide compartir la comida con otras aves como por ejemplo las palomas, otras que comen todo lo que encuentran.


Cuando se les acabó la comida se te quedan mirando con la esperanza de que les des algo más


Y si ven que no haces ademán alguno, rebuscan por el suelo antes de abandonar el lugar.


Y no somos los únicos que contemplamos este alboroto gorrionil, al alzar la vista vemos a una ardilla que no quita ojo de la escena no se si esperando que le quede algo para comer ella también.



¡Gracias María por tu aportación de fotos para esta entrada!

domingo, 20 de noviembre de 2011

La gaviota solitaria

Vino volando desde no se sabe donde quizás en busca de compañía pero la playa estaba solitaria


Se posó en la roca


Miró hacia tierra


Miró hacia el mar


Pero la soledad era completa. ¿Dónde estarán mis amigas? se preguntó


De nuevo miró a un lado


Y al otro


Pero solo la brisa y las olas se movían en la playa


Pensó en alzar el vuelo y abandonar el lugar, pero el día estaba muy hermoso y el agua tentadora y decidió retrasar un poco su partida y tomarse antes un baño y con paso decidido se fue hacia las olas


Y chapoteó en el agua


Pero las olas eran cada vez mayores y creyó que era hora de salir


¡Que suerte! Pensó la gaviota, encontré un bocado apetitoso para después del baño


Y volviendo la mirada hacia el mar y en vista de que ninguna otra gaviota venía a hacerle compañía, decidió marcharse hacia no se sabe donde

domingo, 13 de noviembre de 2011

Paseo en otoño (3ª parte)

El clima de esta época es muy propicio para que crezcan en los bosques hongos y setas y líquenes de lo más variado lo que nos proporciona en el paseo otro momento muy agradable al poder contemplarlos


Casi escondida en el suelo como queriendo pasar desapercibida nos encontramos esta seta


Y cerca de ella otra seta de forma curiosa que parece un trozo de algodón


Nos acercamos un poco más para apreciar como es


Y no está sola, dos de la misma familia se encuentran allí también


Árboles, ramas y troncos caídos no se libran de los hongos y con calma vamos contemplando las distintas formas y colores que adoptan









Antes de empezar el regreso del paseo nos encontramos estas otras setas



Y nos vamos despidiendo del bosque



En donde todavía encontramos curiosidades como esta, tréboles creciendo en el hueco de un árbol


Decimos adiós a los árboles


A las cabañas


Y tomamos el camino de regreso



¡Gracias Esther y Emilio por las fotos de este maravilloso paseo!

domingo, 6 de noviembre de 2011

Paseo en otoño (2ª parte)

Dejamos las cabañas atrás y continuamos camino en el que vemos los troncos troceados de algunos árboles


Y nos encontramos con este burro que se asoma a la cerca para vernos pasar y saludarnos


Y saliendo del bosque llegamos a la zona de pastos en donde hay unas cuantas cabañas diseminadas


Y las vacas que todavía no bajaron al valle y que al acercarnos nos miran con curiosidad



Pero los que nos reciben de forma mas amistosa son los caballos que se acerca y se dejan acariciar







Y con un poco más de recelo se acercó esta yegua con su potrín



Caminamos un poco más y nos acercamos al río. En la montaña los ríos no son caudalosos, son apenas unos regatos cantarines de agua fresca y limpia



Que juegan a esconderse en la espesura y forman tranquilos remansos



Regresamos de nuevo al bosque en busca de algo muy típico en esta época



Y ya en la penumbra bajo los árboles comenzamos a buscar


Continuará………