Aunque esté encerrado podemos ver que el espacio del que dispone es bastante amplio.
Esta especie de cerdito dispone de una casita que parece tener el estilo de las viviendas de su lugar de origen.
Curioso se acerca a mirar, no parece estar asustado.
El canguro hace un alto para saciar su sed.
La tortuga lleva su casita a cuestas.
Miramos a lo alto porque algo nos llama la atención, ¡que bello colorido!
Los loros son muy llamativos con sus plumas de alegres colores.
Este pájaro luce plumas amarillas.
Por lo que se ve entramos en la zona de las aves y nos encontramos con esta que está muy tiesa observándonos pasar.
Presumido despliega sus alas para que podamos ver su traje en todo su esplendor
Gracias a su largo cuello no tienen problemas para asomarse y ver la gente pasar.
Nos dirigimos ahora a la zona del agua y nos encontramos con todos estos peces de colores.
Y los delfines nos saludan muy alegres.
Y la orca nada hacia nosotros enseñándonos sus dientes.
Y casi sale del agua para darnos la bienvenida.
Este pez parece sonreír, tal vez en los acuarios no lo pasan mal.
Este está mas serio y pasa deprisa.
Dos patitos dispuestos a darse un chapuzón.
A los pingüinos les prepararon un escenario perfecto para que no echen en falta su lugar de origen.
El pingüino emperador, elegante y bello.
¿Estará pensando si realmente es nuestro antepasado?
A pesar de estar comiendo no parece muy contento.
Este se lo toma mejor.
Este quiere jugar pero está encerrado.
Como decía el anuncio: “Es bueno comer un plátano todos los días” y si es de Canarias, mejor.
El puercoespín ni nos mira, es hora de la siesta.
Un burro, de los que ya quedan pocos.
El tigre dormita en la sombra.
A veces la naturaleza nos ofrece animales singulares como este tigre blanco que es la admiración del lugar y que es el encargado de decirnos adiós.
Nota: Las cinco primeras fotos son una colaboración de Iris y las restantes me fueron cedidas por Fusa, a las dos les doy las gracias.