martes, 29 de enero de 2008

Zoo II

Como dije la semana pasada, una de las ventajas que nos proporcionan los zoos es poder contemplar a algunos animales que de otra manera no veríamos más que en fotos, así que hoy continuaremos con el recorrido aunque tengamos que contentarnos con que sea fotográfico.

Aunque esté encerrado podemos ver que el espacio del que dispone es bastante amplio.

Esta especie de cerdito dispone de una casita que parece tener el estilo de las viviendas de su lugar de origen.

Curioso se acerca a mirar, no parece estar asustado.

El canguro hace un alto para saciar su sed.

La tortuga lleva su casita a cuestas.

Miramos a lo alto porque algo nos llama la atención, ¡que bello colorido!

Los loros son muy llamativos con sus plumas de alegres colores.

Este pájaro luce plumas amarillas.

Por lo que se ve entramos en la zona de las aves y nos encontramos con esta que está muy tiesa observándonos pasar.

Presumido despliega sus alas para que podamos ver su traje en todo su esplendor

Gracias a su largo cuello no tienen problemas para asomarse y ver la gente pasar.

Nos dirigimos ahora a la zona del agua y nos encontramos con todos estos peces de colores.

Y los delfines nos saludan muy alegres.

Y la orca nada hacia nosotros enseñándonos sus dientes.

Y casi sale del agua para darnos la bienvenida.

Este pez parece sonreír, tal vez en los acuarios no lo pasan mal.

Este está mas serio y pasa deprisa.

Dos patitos dispuestos a darse un chapuzón.

A los pingüinos les prepararon un escenario perfecto para que no echen en falta su lugar de origen.

El pingüino emperador, elegante y bello.

¿Estará pensando si realmente es nuestro antepasado?

A pesar de estar comiendo no parece muy contento.

Este se lo toma mejor.

Este quiere jugar pero está encerrado.

Como decía el anuncio: “Es bueno comer un plátano todos los días” y si es de Canarias, mejor.

El puercoespín ni nos mira, es hora de la siesta.

Un burro, de los que ya quedan pocos.


El tigre dormita en la sombra.

A veces la naturaleza nos ofrece animales singulares como este tigre blanco que es la admiración del lugar y que es el encargado de decirnos adiós.


Nota: Las cinco primeras fotos son una colaboración de Iris y las restantes me fueron cedidas por Fusa, a las dos les doy las gracias.

martes, 22 de enero de 2008

Zoo I

Los parques zoológicos, comúnmente llamados zoos, son esos lugares en los que se reúne a una gran variedad de animales con fines didácticos o de entretenimiento. Si bien es verdad que nos dan la oportunidad de ver de cerca animales que de otra manera no veríamos nunca, a mí personalmente me producen pena porque todos estos animales cambian su hábitat natural por unos espacios que no siempre logran ni siquiera un leve parecido con el original y que además suelen ser muy reducidos.

Y eso si hablamos de zoos en los que se dispone de medios para cuidar tanto en la alimentación, en la limpieza, como en la salud de estos animales. Zoos hay, para vergüenza del ser humano, en los que los animales que tienen la mala suerte de ir a parar a ellos, malviven entre sus propios excrementos, mal alimentados y sin ninguna atención veterinaria. Y desgraciadamente si hay leyes que defiendan a los animales, deben de pasar desapercibidas porque si no estos casos no se darían.

Hoy haremos un recorrido por un zoo para admirar a algunos de sus animales que al menos tienen la suerte de haber llegado a un lugar que parece se preocupan por ellos.

Lo primero que vemos es a los flamencos y a los pelícanos conviviendo en paz.

Cerca están estas otras aves de pico largo que pasean tranquilamente.

Nos llama la atención la jirafa que nos mira desde lo alto.

Un extraño animal de largo cuello que cuando se inclina parece un tobogán.

Parece que la familia quiere salir en la foto.

A estas cabras les cambiaron la montaña por unas escaleras, no es lo mismo pero podrán saltar de un lado a otro.

No hay duda de que es un bello animal.

El rinoceronte, animal con fama de mal genio.

Como su vista no es muy buena, se acerca para ver lo que hacemos.

Quizás su vida en cautiverio los vuelve menos agresivos y la gacela lo sabe y no les teme.

Cerca del rinoceronte nos encontramos con otro peculiar animal, el hipopótamo.

Duermen quizás soñando con las charcas en donde se refrescan en su lugar de origen.

Por lo que se ve todos los grandotes están cerca unos de otos, aquí está el elefante.

Estos animales si que echarán de menos los espacios abiertos y las grandes praderas, estos pobres bisontes parecen un poco mustios.

Sin embargo estos mapaches parece que viven bien, con dormitorio individual en lugar tranquilo.

¿A este le queda un poco justa su cama?.

Nos acercamos a la zona del agua y nos encontramos con este caimán.

Pingüinos dándose un chapuzón.

Este sale a saludarnos y muestra orgulloso su traje.

Esta foca descansa después del baño.

La avestruz parece estar en una cárcel.

Vista más de cerca parece triste.

Estos si que echarán de menos la libertad.

En lugar de árboles frondosos, sólo unos pelados troncos.

Otros que sueñan con verdes paraderas.

El surikato nos sonríe al pasar.

Quizás él siente menos nostalgia porque tiene bastante sitio para hacer hoyos en el suelo.

Con la mirada perdida en la distancia, ¿también soñará?

No hay duda de que este si está triste, no sólo está lejos de su casa si no que está encerrado detrás de un cristal. Mirándolo, apenados dejamos la continuación de la visita para la próxima semana.

Nota: Todas estas fotos me fueron cedidas por otra de mis sobrinas, a las que como veréis las tengo trabajando como reporteras fotográficas de mi blog. Desde aquí les doy las gracias.