El día se presentó estupendo, cielo despejado y temperatura agradable. Llegados al puerto de San Lorenzo se aparcó el coche y comenzó la caminata que duraría unas cinco horas. Por el camino fui encontrándome con flores, árboles, animales y paisajes, todo de gran belleza que yo intenté captar con mi cámara para poder mostrároslo después. Supongo que pensareis que todo esto por muy maravilloso que sea no es suficiente como para titular el reportaje como inolvidable, pero lo fue en realidad por algo que sucedió casi al final de la ida y que os contaré más tarde.
Empecemos el paseo. El camino era estrecho pero fácil.
Había muchas mariposas, pero quizás porque su vida es tan corta y quieren recorrer mucho camino antes de morir, no dejan de ir de un lado a otro y es imposible poder fotografiarlas, después de muchos intentos, sólo logré esto
Las flores colaboraban mejor, no se dedicaban a pasear así que a lo largo del camino nos las fuimos encontrando y entre paisajes y flores, llegamos hasta la fuente en donde saciamos la sed con un agua fría y cristalina.
en esta fuente encontré estos limacos que están tan brillantes porque estaban mojados, de hecho el segundo tiene la cabeza metida en el agua.
y pegadita al borde de la fuente, sobre el agua, estaba esta oruga muy afanada tejiendo su capullo
Al poco de reanudar nuestro paseo nos encontramos con las primeras vacas, estaban todas echadas pero curiosamente en fila, nunca las había visto así
seguimos caminando y admirando el paisaje y las flores
y con estas fotos nos despedimos de la primera parte