Dicen que el que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija y eso debieron de pensar los gorriones que en cantidad se reúnen y hacen compañía a los perritos de la pradera.



Los perritos de la pradera son tremendamente sociables y por ello atraen la simpatía de los humanos que se empeñan en darles de comer y como la comida es abundante, los gorriones se aprovechan de la situación.

Sus madrigueras tienen una distribución que no tienen que envidiar a las casas de los humanos ya que poseen dormitorios, guarderías, despensas e incluso letrinas y como no, varias salidas de emergencia.

Es un animal pacífico que sólo por un período corto durante el año, los machos se vuelven agresivos con otros machos, por supuesto es en la época de apareamiento en la que vigilan y protegen el área alrededor de su madriguera.

Para comunicarse entre ellos utilizan un sistema de llamadas, al menos once diferentes conocidas, complementadas por distintas posturas corporales.

Estos roedores no hibernan. Los dejamos tranquilos y nos vamos a visitar a otro animal no muy conocido pero también agradable. Me refiero al capibara.
Este animal es el roedor más grande del mundo y su dieta es exclusivamente herbívora. Como podéis ver carece de cola y está cubierto de pelo color pardo. Sus patas aunque en la foto no se aprecie, tienen una membrana que une los dedos.

Puede bucear y permanecer bajo el agua hasta cinco minutos y pueden nadar durante más rato siempre y cuando dejen la cabeza fuera del agua. Aunque en estas fotos los veremos siempre en tierra.

El pobre no se libra de los humanos ya que su carne es muy apreciada y su piel se utiliza en marroquinería. Cuando advierte peligro da la voz de alarma y emite una especie de ladrido y sale disparado para el agua.

Para despedirnos de este animalín os cuento que el nombre común proviene del guaraní “Kapiÿva” que significa “señor de la hierba” mientras que su nombre científico “hydrochaeris” significa “puerco de agua”. A mi entender los guaraníes tienen más delicadeza al elegir los nombres así que yo me referiré al capibara como “señor de la hierba”.
¡Gracias de nuevo María por todas estas fotos!