Los que seguís mi blog recordareis que puse un artículo sobre el
Núcleo Zoológico El Bosque después de mi primera visita a ese lugar. Pues bien, me enteré que allí había nacido un cangurín, hijo de Wendi y de Skipi al que le dieron el nombre de Skipín. Como podréis suponer en cuanto tuve la menor oportunidad me fui a visitarlo y de paso a reencontrarme con viejos amigos como Paty, Carla, Juancho o Mapi.
Dicen que la maternidad proporciona belleza a las madres y en el caso de Wendi creo que es cierto y en esta foto queda reflejado que está muy guapa.

Skipín ya sale del marsupio porque empieza a querer inspeccionar lo que hay fuera de la bolsa.



Luego un tanto asustado regresa a toda velocidad y se tira de cabeza desapareciendo sin dejar rastro.

Y esta es la foto de familia aunque a él apenas si se le ve.

La vida da alegrías cuando llega un nuevo miembro porque la llegada de un bebé siempre es motivo de alegría, o debería de serlo. Pero también da tristezas cuando nos enteramos de que alguno de nuestros amigos nos deja y yo sentí mucha cuando Gonzalo me informó de que el padre de Mapi se había muerto. Se que estaba viejín pero eso no resta pena. Esta era la foto que pude sacarle en mi primera visita.

Esta muerte se puede decir que estaba anunciada, por eso todavía me causó una pena mayor cuando me dijo que el conejito Tortitas había fallecido, de alguna manera logró salir del recinto en el que estaba libre de peligros y lo mató un perro. Esta foto se la hice entonces.

A pesar de la pena no quería dejar de reencontrarme con otros amigos como Paty la cangurina que logró sobrevivir gracias al cuidado y desvelos de Gonzalo y Ruth ya que la pobre se había quedado huérfana cuando su peso sólo era de 150 gramos y entre otros problemas estuvo a punto de quedarse ciega pero fue operada y hoy, aunque siempre será una cangurina pequeña, está preciosa y es de lo más sociable. Estas fotos se las hice en esta visita.



Y que deciros de mis queridas Carla, Carlina y Carlota, tan sociables que en cuanto entras en el recinto te acompañan a lo largo de todo el recorrido observándote con esos bellos ojos azules y ese semblante que refleja una gran calma, calma que transmiten a los visitantes.


Algunos de los animales, dado la hora de mi visita, no salieron a saludar, estaban recogidos en sus casinas durmiendo la siesta, como Mapi o las ardillinas, pero otros paseaban tranquilamente disfrutando del sol de la tarde.
Como hoy sólo quería daros las últimas noticias de los habitantes de “El Bosque”, no me extenderé más pero si queréis ver el resto de las fotos que hice en esta visita podéis ir al blog de Leodegundia, allí puse un reportaje más largo.
¡Bienvenido Skipín!