Cuando el paseo diario tiene que realizarse a una hora temprana en que la noche todavía lo cubre todo, puede sentirse un poco de pena al creer que no será posible gozar de la naturaleza, pero ésta, que siempre tiene algo hermoso que ofrecernos, nos sorprende con regalos como los que figuran en las próximas fotografías.
Por supuesto lo que más destaca en la noche es la luna que cambia de forma según las fases pasando de un arco a un círculo completo




A veces la luna juega al escondite ocultándose entre las nubes para luego dejarse ver en todo su esplendor.




Algunos árboles se esconden en la noche como queriendo pasar desapercibidos, mientras a otros no les importa seguir visibles.


Mientras, la luna y la farola compiten para ver quien ilumina más.

De pronto, entre los arbustos se ven unas pequeñas luces.

Acercándose se comprueba que son los brillantes ojos de un gato.

Y no es el único



Agradecidos comen con avidez la comida que se les ofrece


Terminada esta, se relamen de gusto

y luego se estiran preparándose para sus correrías diurnas.

Y se termina el paseo contemplando a una paloma madrugadora, no es habitual que se dejen ver antes de que la luz aparte a la noche, pero sus razones tendría esta para no esperar al día.
