El que a buen árbol se arrima…

Dicen que el que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija y eso debieron de pensar los gorriones que en cantidad se reúnen y hacen compañía a los perritos de la pradera.

Los perritos de la pradera son tremendamente sociables y por ello atraen la simpatía de los humanos que se empeñan en darles de comer y como la comida es abundante, los gorriones se aprovechan de la situación.

Sus madrigueras tienen una distribución que no tienen que envidiar a las casas de los humanos ya que poseen dormitorios, guarderías, despensas e incluso letrinas y como no, varias salidas de emergencia.

Es un animal pacífico que sólo por un período corto durante el año, los machos se vuelven agresivos con otros machos, por supuesto es en la época de apareamiento en la que vigilan y protegen el área alrededor de su madriguera.

Para comunicarse entre ellos utilizan un sistema de llamadas, al menos once diferentes conocidas, complementadas por distintas posturas corporales.

Estos roedores no hibernan. Los dejamos tranquilos y nos vamos a visitar a otro animal no muy conocido pero también agradable. Me refiero al capibara.

Este animal es el roedor más grande del mundo y su dieta es exclusivamente herbívora. Como podéis ver carece de cola y está cubierto de pelo color pardo. Sus patas aunque en la foto no se aprecie, tienen una membrana que une los dedos.

Puede bucear y permanecer bajo el agua hasta cinco minutos y pueden nadar durante más rato siempre y cuando dejen la cabeza fuera del agua. Aunque en estas fotos los veremos siempre en tierra.

El pobre no se libra de los humanos ya que su carne es muy apreciada y su piel se utiliza en marroquinería. Cuando advierte peligro da la voz de alarma y emite una especie de ladrido y sale disparado para el agua.

Para despedirnos de este animalín os cuento que el nombre común proviene del guaraní “Kapiÿva” que significa “señor de la hierba” mientras que su nombre científico “hydrochaeris” significa “puerco de agua”. A mi entender los guaraníes tienen más delicadeza al elegir los nombres así que yo me referiré al capibara como “señor de la hierba”.

¡Gracias de nuevo María por todas estas fotos!

En clase

Desde que nacemos todos tenemos que ir aprendiendo cosas y más cosas para poder desenvolvernos en la vida, y para eso es necesario encontrar a un buen maestro.

Para los animales las cosas no son diferentes, ellos también tienen que aprender muchas cosas y entre ellas algo importante, a defenderse sea cual sea el enemigo que se les presente.

Hoy sorprendimos una de esas clases impartida por la señorita Pumbi que intenta que la pequeña Betti sepa defenderse como cualquier gato que se precie.

Primera lección, dice Pumbi, nunca saques la lengua cuando se avecine una pelea

Así me gusta, obediente y prestando atención

No me gustan las interrupciones en la clase, silencio por favor

Defiende tu cuerpo estirando las patas y sacando las uñas

Bien, veo que sacas las uñas

Estira más la pata, no dejes que yo me acerque, recuerda que soy el enemigo

Lección importante, nunca des la espalda a tu enemigo

¿Interrumpiendo otra vez?

Aprendes pronto, pequeña

Está claro que los humanos no respetan las clases, vámonos a otra parte Betti

Gracias Esther por esta simpática secuencia de Pumbi y Betti

Bajo el agua

Es difícil para mi poder realizar un reportaje que tenga como protagonistas a peces y cualquier otro ser que habite bajo el agua, pero hoy, y gracias de nuevo a María, podremos disfrutar de algunos de ellos aunque las fotos no sean tan nítidas porque sacarlas en un acuario tiene muchas dificultades.

Podemos empezar por el manatí antillano. Tiene un tamaño respetable, entre 3 y 4 metros y su peso oscila entre los 200 y 300 kilos. Suele formar grandes manadas y esto le lleva a veces a la muerte pues cuando van a su caza ellos prefieren morir que abandonar a un compañero herido al que rodean profiriendo gemidos lastimeros.

Su piel es gruesa de un color gris azulado y tiene una cola aplanada en forma de espátula. El único depredador temible que tienen es el hombre, para hacerse con su grasa y su piel

Esparcidos por todo su cuerpo tiene pequeños pelos o cerdas. Y como respiran aire, se ven obligados a subir a la superficie con regularidad.

Este manatí quiere despedirnos educadamente y se acerca al cristal lo más que puede para decirnos adiós

Bajo el agua también podemos encontrar un ser tan curioso como la anguila jardinera

Se puede decir que ella misma se planta en el arenoso suelo marino tensando su cuerpo musculoso y clavando la cola que está provista de una sustancia dura para que no se lesione. Una vez que lo logra, con la aleta dorsal saca la arena del agujero y con una sustancia viscosa que tiene en la piel endurece las paredes de su madriguera para que su casa no se derrumbe

Además nos acercaremos a medusas y anémonas.

Esta belleza es una medusa umbrela que se desplaza por el agua contrayendo su cuerpo en ondulaciones regulares. Y lo mismo se la puede encontrar en alta mar como cerca de la costa, sola o en grupo

Hay muchas variedades de anémonas de las que aquí sólo veremos dos, esta:

Y esta otra con la que damos paso a algunos peces como el pez payaso que vive feliz entre los tentáculos de la misma

No se el nombre de estos pececillos que se mueven inquietos entre todas esas plantas tan verdes

Y tampoco el de este otro pez que se dejó fotografiar y por eso quedó la foto tan estupenda

Y con este pez payaso que sale disparado de la anémona nos despedimos por hoy

Hoy grullas

Después del descanso navideño en este blog se vuelve a abrir la puerta para volver al contacto con la naturaleza.

Hoy llegan hasta aquí las grullas, bueno, dos especies de grullas. Primero nos encontraremos con la grulla coronada. Su nombre le viene por las plumas que tiene en la cabeza que semejan una corona.

Su plumaje es negro con las alas blancas y las bigoteras de color rosado o rojo. Con sus largas patas camina lentamente, pero si se ve perseguida no duda en correr a gran velocidad

Viven en parejas o bandadas en las orillas de los ríos.

y en cautividad son amigables y les gusta que las alimenten los visitantes.

Y esta hermosa grulla coronada se despide y da paso a la grulla damisela

La grulla damisela es la más pequeña de todas las grullas. Su cabeza está emplumada en color gris con una línea blanca que se extiende desde la esquina de su ojo, de color rojo, a la parte de atrás de su cabeza

Como veis es pequeña y como diríamos por aquí: “pequeñina y galana”

Le gusta acicalarse para estar presentable

El numeroso grupo que inverna en la India tiene que atravesar el Himalaya tanto a la ida como a la vuelta y para ello tienen que superar alturas de hasta 8.000 metros. Pero estas de la foto no tienen que tomarse esas molestias ya que no tienen que cambiar de lugar cuando llega el invierno

Y esta grulla damisela nos despide dándonos la espalda pero no por mala educación, si no porque quiere que veamos su bonito plumaje gris

¡Gracias María por estas buenísimas fotos!