Pasear por la naturaleza cuando hay niebla proporciona inseguridad al no poder distinguir lo que nos rodea, todo está cubierto con una especie de tul que vuelve el paisaje fantasmagórico. Además la niebla se va moviendo convirtiéndola en algo vivo lo que puede producir inquietud. Pero si en lugar de dejar correr nuestra imaginación nos dedicamos a contemplarla, podremos ver por ejemplo:
Como llega arrastrándose por el suelo
para luego ir subiendo por la roca intentando cubrirla entera.
como va desdibujando las montañas mas lejanas.
como al abrigo de dos rocas la vemos invadir el valle a nuestros pies
como se cuela entre los árboles quitándole nitidez al paisaje.
y como el sol lucha con ella para intentar traspasarla.
Y pasear por la montaña después de que descargó una buena nevada, nos hace disfrutar de estampas como estas:
El cielo vuelve a oscurecerse anunciando otra nevada, así que es mejor que dejemos el paseo y regresemos a casa.
Nota: Todas estas fotos me fueron cedidas por Emilio y Esther