El reportaje fotográfico tiene dos localizaciones, la primera en el Camino del Rocío y la segunda en un paseo a lo largo del Guadalquivir en Sevilla capital.
Comenzamos el camino al lado de unos hermosos pinos
que proporcionan buena sombra
que refresca el camino y lo hace más llevadero
La lluvia deja a su paso charcos que sirven para refrescar el ambiente.
Y así lucen de bellos los árboles.
Este árbol no quiso pasar desapercibido y se plantó en mitad del camino
El camino nos lleva a cruzar el Parque Nacional de Doñana.
Bajo la sombra de estos preciosos árboles descansaremos antes de irnos a Sevilla.
Y ya en Sevilla, nos reciben las esbeltas palmeras
que junto con otros árboles y plantas proporcionan sombra al paseo.
Los rayos del sol se cuelan entre el follaje
Entre árboles y arbustos, un buen rincón para descansar.
Bajo esta rama que simula un arco continuamos nuestro paseo
Entre sol y sombra el color verde nos acompaña.
El árbol levanta sus brazos para mostrarle al sol su follaje.
Las farolas apenas si pueden dejarse ver.
Bonitos rincones a la sombra de los árboles
Este árbol luce orgulloso sus frutos
La casa está arropada por las ramas que le proporcionan sombra y frescor.
Decimos adiós al paseo al lado de este árbol que nos muestra sólo la copa pues sus pies están en el Guadalquivir.