Al pie de la montaña, entre la hierba, crecen los lirios morados.
Mezclándose con otras pequeñas flores.
No hay duda de que son bellos.
Y es curioso, entre todos los malvas, sólo uno blanco.
Abunda en los montes con sus flores amarillas, el toxu, toxo, tojo… no importa que nombre se le de.
Parecen piñas plantadas en el suelo, pero no lo son.
Alegre y delicada, una gran belleza.
Parece un milagro, entre las piedras un bello detalle de la naturaleza.
Sólo les hace falta una pequeña grieta para salir a la luz.
Otra belleza.
Y otra más.
En un detalle tan pequeño se puede ver pasado, presente y futuro.
Al pasar, la naturaleza nos ofrece este ramillete.
Un rincón digno de cualquier jardín.
Delicadas campanillas azules.
Una hendidura en la roca y surge una bella planta.
Esta hace lo mismo pero quiere destacar con su bello color rojo.
Sinfonía en malva.
Detalle de esa sinfonía.
Como un broche que adorna la roca y nos que sirve de final.
Nota: Las tres últimas fotos son una colaboración de Toupeiro, el resto, como todas las relativas a la montaña son de mi hermano.